viernes, 5 de octubre de 2012

ROMA ASESINA Y QUEMA HEREJES (I)

Apóstol Dr. Gabriel Sánchez Velázquez dando palabra profética directiva a: Gibbar
Sánchez Vizcarra, Juan Daniel Alcántara Hernández y a Guillermo Álvarez.

El pensamiento del Dr. Martín  Lutero reflejaban un clima bastante extendido de descontento por la degradación de la Religión Católico Romana, expresado desde la Baja Edad Media por otros hombres de Dios consideramos precursores de la REFORMA DEL SIGLO XVI.
Mencionemos a:  Pedro Valdo (Siglo XII)  (1140 ? - 1217) (de nombre original Pierre Valdo, Valdés o Vadés según las fuentes, igualmente conocido como Pierre de Vaux) fue un predicador itinerante, considerado como uno de los precursores de la Reforma Protestante. Impulsó el movimiento cristiano de los Pobres de Lyon, también conocidos como valdenses.
Pedro Valdo tradujo el Nuevo Testamento al provenzal. Para poder distribuir estas porciones de la Biblia, Valdo y sus colaboradores utilizaron tácticas de venta especiales para evitar ser denunciados. Un inquisidor los describe viajando de un pueblo a otro y vendiendo mercaderías para lograr entrar en las casas. Explica que ofrecían joyas, anillos, telas, velos y otros adornos. Cuando les preguntaban si tenían otras joyas, contestaban: “Sí, tenemos joyas más preciosas que estas. Si prometen no denunciarnos, se las mostraremos”, y cuando obtenían esa seguridad, proseguían: “Tenemos una piedra preciosa tan brillante, que su luz permite ver a Dios; y tan radiante que puede encender el amor de Dios en el corazón del que la posee. Estamos hablando en lenguaje figurado, pero lo que decimos es la pura verdad.” Luego extraían de debajo de su ropa alguna parte de la Biblia, la leían, explicaban y vendían a quien la quería
El sanginario Pontifice Inocencio III que originó
la diabólica "SANTA iNQUISICIÓN"
 Tanto Valdenses en Francia como Albigenses en Italia,  fueron perseguidos sin misericordia por el Papa (Santo Padre) con la intención de extirparlos.  “para el año 1179, los seguidores de estos grupos  eran tan numerosos, especialmente en el sur de Francia, que el papa Alejandro III propuso el plan de aplastarlos físicamente. Pero fue el papa  Inocente III organizó una guerra religiosa sistemática contra ellos, utilizándose universalmente las inquisiciones episcopales” (La nueva enciclopedia Schaff-Herzog, Tomo VI, Página 2).
 En el año 1209, sesenta mil  personas fueron ultimadas por mandato de la Iglesia Católica Romana en Beziers, Francia (B, 124; C, 256).
En el año 1211. Cien mil albigenses  fueron muertos en un solo día in Layaur, Francia y los pueblos aledaños. El gobernador del área fue ahorcado. Muchos ciudadanos fueron quemados vivos. Tantos fueron traspasados por espada que la sangre corría por las calles. Los católicos que perpetraron esta masacre celebraban misas solemnes de TE DEUM LAUDEMUS,  en medio de la carnicería y glorificaban a Dios por la “victoria de la RELIGIÓN CATÓLICA”, aun componiendo un himno en honor del evento (B, 124).
Niños y adolescentes, hijos de Valdenses fueron cobardemente asesinados
por los inquisidores católicos  en presencia de sus padres.
En Merindol, Francia quinientas mujeres valdenses fueron quemadas en un establo donde se habían refugiado de los católicos. Muchas mujeres fueron ultrajadas a la mira de todos. Los hijos de los valdenses fueron asesinados en presencia de sus padres. Algunos fueron tirados desde peñascos. Otros fueron arrastrados desnudos por las calles (B, 124).

 Joe Maniscalco en su obra: “Masacre de valdenses en el Monte Castalluso” ( http://biblical-illustrations.com) narra que en el año de  1487. El Papa Inocente VIII (1484-1492) levantó una cruzada contra los valdenses (vaudois) en Francia prometiendo “la remisión de todos sus pecados a todo aquel que matara a un hereje” (C, 257).
Amado hermano: Tú que tienes el privilegio de conocer ahora el Evangelio eterno de Jesucristo, porque la Sagrada Escritura llegó a ti, aprecia el costo de vidas que por amor al Evangelio, sufrieron un cruel martirio para que tú y yo gocemos de LA SALVACIÓN ANUNCIADA POR EL EVANGELIO.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El Hijo de Dios no predicaba los
milagros que hacía. No hablaba de
ellos. El quería, que nadie supiese, lo que estaba haciendo, por la gente. El gobierno inmaterial, de Su Padre, debe ser anunciado.
Gracia y paz.
José Fernández Hernández.